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Amor de mujer.

10/19/2014

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En los últimos meses me ha tocado tener la dicha de conocer a grandes mujeres que tras la tristeza  de toparse con el cáncer de mama y cervicouterino han escrito grandes historias que solo son capaces de construirse con el amor de mujer.  Como su nutrióloga y compañera he podido ver que el camino no ha sido simple, las cirugías, las quimioterapias, los síntomas post-tratamiento, las emociones y el miedo. Y sin embargo ellas siempre llegan a consulta con una gran lección que compartirme Y TODAS TIENEN QUE VER CON EL VALOR Y LA FUERZA QUE DA EL AMOR DE MUJER. 

La mejor forma de cuidar nuestro cuerpo y de enfrentarnos a las dificultades es cultivando el amor de mujer y como se hace eso? Yo creo que los siguientes puntos nos pueden ayudar.


Agradece tu salud y aprende de la enfermedad.

Hoy en día estamos en la era de la salud. Todos buscamos salud y hasta compramos salud: La industria de la salud crece y crece. Y ahora parece que en lugar de ofrecernos calidad de vida, no están ofreciendo inmortalidad. La gente se sorprende cuando la enfermedad llega y a veces hasta se molesta, justificando que ha tenido buenos hábitos de vida. Está es una señal de que estamos olvidado nuestra naturaleza y ciclo de la vida. Tanto la salud como la enfermedad son condiciones naturales del cuerpo, la enfermedad tiene un sentido y una misión; y es hacernos reencontrarnos con nosotros mismo, dedicarle tiempo a lo que lo vale, darle valor a lo que lo tiene y restarle valor a que nos hace perder el equilibrio. La enfermedad es un duro maestro de la vida, dispuesto a enseñarte grandes lecciones y si vives con paciencia, fe y atención el curso de la enfermedad, al finalizarlo habrás aprendido tanto, que serás capaz de bendecir la enfermedad. Del curso de la enfermedad hay dos formas de graduarse: consiguiendo la salud o despedirse del cuerpo. Ambas son formas de graduarse con honores, siempre y cuando se haya logrado aprender y a agradecer.


Observa, conoce y habla con  tu cuerpo.


Nuestro compañero de vida es nuestro cuerpo, y cambia día con día. Las mujeres nos enfrentamos a varios cambios en nuestro cuerpo desde temprana edad. Cuando nos acercamos a nuestra primera menstruación, después cambios con los embarazos, el lento cambio post parto, el cambio con el descontrol hormonal de la menopausia y la llegada del climaterio. Toda nuestra vida nuestro cuerpo está en constante cambio, y es por eso que debemos estar en constante observación y comunicación con nuestro cuerpo todo los días. Solo así podremos identificar cuando algo está fallando en nuestro cuerpo, y así podremos prevenir sin fin de enfermedades. La exploración no es más que un acto de autoconocimiento. Practícala en todo cuerpo.  

Siéntete libre de sentir y expresar.

La peor forma de esclavitud es aquella en la que puedes hacer y no lo haces, puedes decir y no lo dices, puedes sentir y no te lo permites. Las mujeres somos amantes de bloquearnos y hacernos las fuertes. Nos asusta sentir y mostrar sobre todo cuando lo que sentimos está clasificado en emociones “malas”. Y esto hace que muchas mujeres que están pasando momentos difíciles callen. Las mujeres callamos nuestra tristeza, dolor,  miedo,  angustia,  pérdida,  desesperación. Y eso nos hace esclavas de nuestras emociones. Empecemos a ser libres; se vale sentirnos “mal”, todas tenemos momentos difíciles, días difíciles, noches difíciles y  situaciones  difíciles. Y nadie puede juzgarte por tener momentos difíciles. Al contrario las dificultades nos hacen recordar nuestra humanidad y curiosamente eso no acerca más a lo divino.

Apoyémonos y cuidémonos como mujeres.

Las mujeres unidas somos capaces de hacer grandes cosas, nuestra naturaleza es construir familias y juntas entre mujeres podemos formar una gran familia y equipo para cuidarnos, apoyarnos, informarnos y concientizarnos. Entre grandes mujeres y nuevas generaciones podemos aprender de lo nuevo y de la  experiencia. APOYEMONOS! 

GRACIAS ANGÉLICA Y GRACIAS MARTHA POR SER GRANDES MAESTRAS DE VIDA Y GRANDES EJEMPLOS. DIOS LAS BENDIGA!
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